Hojas de Otoño

Inocente...
Una a una recogía las hojas que tímidamente caían al suelo. Marrones, anaranjadas, ocres; nada parecía importarle. Tan solo quería guardarse para si misma el otoño en todos y cada uno de los bolsillos de su descosida chaqueta. La pobre ilusa creía que, quizá así, podría parar el tiempo.